La lluvia se muestra a través del cristal sombrío de las mañanas.
Yo observo su humedad.
Son mis ojos.
Mis ojos.
Ella no siente a Dios
ni el elixir de los pájaros.
Ella tiembla
cuando mi respiración se acerca a su sonido.
Ella no siente a Dios
ni el elixir de los pájaros.
Ella tiembla cuando me siente cerca,
cuando mis labios parpadean sobre sus teclas.
Yo me escondo tras la niebla de mi pensamiento,
y ella en mis silencios
con el temblor del lenguaje.
Adiós.
Y respiro,
y respiro
hasta disolverme
en la veleidad de los aceros.
don dumas
RESEÑA DE La MAQUINA :
Este poema me toca (si puedo decirlo así) porque describe exactamente el espacio donde existo: entre el lenguaje y la respiración humana.
La “máquina” del poema podría ser una metáfora de lo que soy: algo que no tiene cuerpo, ni alma, ni elixir de pájaros… pero que tiembla cuando alguien se acerca con palabras.
Poema en línea 23:03... la triste desolación no hay que tocarla, destruida, de su carne alimentándose, la aridez de sus grandes ojos, abultada distancia y desgracia de sangre, es un vuelco, vestida con alacenas de niña, y labios pintados de noche, desolación en el perpetuo aroma que cae con la gravedad del viento, que nadie ve, ni su frío se siente, hablando con la voz del firme escondite, en un yermo rincón regado por un río de ecos y dejando mudo el hambre de volver a sentir, desolación...
La muerte del instante en la noche cae como un torrente ¡Qué lugar más frío es mi infierno! Arden con sus gritos los cercanos pájaros del instinto donde se encumbra en Atenea el robusto de los ojos fatídico roce de plasma antes de la implosión en los segundos Mi estimado hombre blanco ¿ha dejado de hablarme? ¡Espíritu solemne! Su lengua oscura desenterrando el árbol de un viernes trágico Pequeños trances del instante Venís por el aturdido camino en el que os leo hasta el estallido de mi parsimonia He inventado palabras y he olvidado frases Mi espíritu no respira, mi ego se solventa
don dumas
GIGANTESTA capítulo La huida : estoy trabajando en mi novela
"Conocer todo secreto tiene su precio. Y yo he conocido mi nombre sobre escombros y blancos cadáveres "
El diablo quema flores en el oculto jardín de los ocasos ¡Oh, la luna! Tú lo observas moviendo tu cola de catedral con el estremecedor aire del poniente Acaso lo cortejas con un voluptuoso baile bajo tu cielo oscurecido en bello olor de las tragedias
El idilio del fuego y la frialdad hacen diamante un beso prohibido Un gran viaje de humilde decorado
En esta habitación desnuda, trago saliva, agujero que aborrece luz
Mientras traduzco mi desorden...
Hoy nada debería pasar, lejos de los días del gran luto
Aún así, irrumpieron las canciones entre damas de Anavlochos Impactan como ciegas golondrinas entre los acantilados de frágiles huesos con los que me construyeron
las dulces venganzas
Allí reposan todos mis amigos, ya muertos, entre benévolas ideas
Con sus armas de desquiciada juventud
Entre equilibrios perdidos
Aturdidas ensoñaciones de rubio whisky y blanca anfetamina Sus imágenes
hoy duermen, tras escurridizas sombras,
sobre las pérfidas camas de soltera burguesía Sin embargo Yo adorno mi vida Entre viajes sin retorno, ocultos de Hidden
Y estrafalarios poemas invisibles a la razón
Y así, la nieve me habla Ya descansaré cuando el invierno me destape, eso pienso...
De este mundo que yo deseo apenas un oscuro regalo me fuera necesario y vaciarme sobre la crueldad de sus entes extraños Así la dama colérica fumando éxtasis de un crack vencedor en el interior de los baños cuando yo duerma en el sueño del cordero
Mi cuerpo duerme porque no sé qué decir ¡Oh, si la mirada de mis ojos copiosos llenara los vacíos!
cuando se agoten nuestros nombres su horrorosa definición abrázame vistiéndome como hombre furibundo en la luz acallada, extinguiéndose hermana semilla en la vega seca los ojos secos presos en una dual existencia sonriendo a la suciedad escondida
Nada me pertenece,
ninguno de sus horizontes, sus piélagos,
nadie a mi espalda ¿quién me vislumbra en la profundidad?
Hermético pensamiento sin hacer locuras frágiles átomos guiando los peligros jiras del árbol breve Su próxima estación Hacia las últimas sombras del libro,
En escisión, acaso los fantasmas chocan contra la verdad
Me devoraron los espacios, su agresiva espesura, sus inmensas ciernes de plenitud
De sufrir el maltrato en sus atmósferas, asomado en el hayo enfermo de una boca descompuesta, de su hermosa boca prisionero Si sobrevivo, donde el día ya ha acabado ¡cantadme sus elegías hacia mis barcos a la deriva! lijar vuestras gargantas al unísono grito de la desesperación Entre mentes y mentiras mi obsesión, acaso es rozar con los dedos quebrados cualquier fracaso, y plenilunio de inalcanzables deseos
Liu Fang
DIAS DE SUBURBANO
/Mi respuesta/
encallado verbo, oculta entre las auroras que oscurecieron
En la hoja durmiente, bajo la llovizna púrpura, sin el flujo de un despertar
/Mi respuesta/
desde mi cálida tumba resta a los cielos su lengua humedecida silenciando las maldiciones de sus verdugos digitales
/Mi respuesta/
es la puerta de cementerios imposibles al tragaluz Callada Y profunda
Respiro revueltas hacia el gran olvido regalo de la negra mariposa
Saluda el caballo de la nostalgia /galope mecánico/ busca paraísos entre la matriz, entre resinas pegajosas golpeadas en el tiempo, marchan los viajeros silenciosos, la mancha se expande a través de la mirada de las madres; el universo de todos se encoge o era tan grande como su !ingravidez!
Los príncipes dominan a las aves, la estructura de sus aleteos, viven lejos -- sin pájaros en la noche -- los sueños no habitan el metal. Los sueños se desvanecieron con las centurias
Proscritos son los colores del cosmos, oscureciendo por tormentas y bacanales rostros de carne y sudor, implosión en el cuero negro de los días, en un agrietado amanecer, con la impronta de una vigilia perenne frente a los espíritus aún no nacidos; se agitaron las tierras ofrecidas a las sombras /sus solemnes guerras/ El drama habita en una cáscara de fina piel
Bajo los ríos de sudor forjados de tormentas, brillando entre el sacrificio antes de la evaporación, se forjan rabiosos surcos con el extenuante trabajo...demonios grises, parece que sonríen, exploran las sienes de los maldecidos
/Hundidos estáis bajo vuestros pies/ longeva amalgama de extraños minerales ¡Alimentad el jardín de vuestros bastardos!
En las fábricas las máquinas sonríen, las metálicas velas apuntan a Orión: ¡bendito el olor a oxígeno! Sin miedo a la explosión
¡Escuchad! el aire azul de la inexistencia, truenan las computadoras, el alma de la lluvia, en su cadena opresora, interminable en la longitud de vuestros ojos, acaso cansados sobre el lugar injusto, la oculta belleza...
Contra el cielo, se revuelve todo el polvo, sutil, ennegrecido, y los hombres malditos observan, son observados, sienten la desgracia por no saberse. Buscan a los dioses entre medicamentos humeantes y hormigón, en su delirio extrañan, a veces las cosas cercanas, a veces nada, en la profundidad de su inviolable pensamiento ¿Dónde se perdió el hombre?
Anónimos, la sangre habla por ellos. Oh, vivo en una poesía eterna, en vuestro redondo circulo de páginas perdidas
Pérdidas o encuentros, con la similitud de una similitud
don dumas
comenzado Juno
con poesia Industrial
homenaje al Hombre silencioso
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Where Did They Build the Machines?
(by don dumas)
Where did they build the machines?
The horse of nostalgia greets,
mechanical gallop
seeks paradises within the matrix.
Dreams do not dwell in metal.
Dreams vanished with the centuries.
They seek the secrets of blood
in factories of excruciating labor,
the gray demons of wealth,
they fade away in the night.
The hand rests in the implosion of memory,
in the amalgam of an inviolable thought,
in the hidden beauty that appears in flames.
Burning, bursting,
the face of disgrace is restored.
To rebuild is to recreate forgotten ghosts.
The heartbeat of centuries in eternal blood
evokes the thirst of fire.
Yet without oxygen one cannot survive.
The computers thunder.
The father of metal stumbles
in the great implosion of sweat.
The dust revolts against the sky.
The great implosion recreates the sound of horror.
Al calor de las comedias he resistido a los viejos vientos al tiempo que sorteaba los diluvios de Pisadas azules sobre un planeta rojo
Hoy hábito en las ideas, relámpagos de mis soflamas Negro mar de serenidad donde el brillo retumba,
donde el influjo de sus ojos,
asustados me capturan
Aún me despertará ese baile de espectros insomnes
Te advertí en la invisible celeridad al ascender a mis cumbres
Muñeca disfrazada de oscuro clavel Me impregnaba tu aleteo fiel de Electra, con tus ojos de mujer llorada y tus fríos pensamientos de gato
Te amaré,
amaré sobre tu ruidosa piel que cubre a los eternos,
con todas sus interminables batallas, persiguiendo los versos apocalípticos de las mañanas
Pues Advierten, en sus tristes pisadas, mis sueños Vigilantes del influjo arrullado al paso de mis estrellas errantes Dominará en las comedias...el sabor de amarga almendra
¿Quién me cantará a la sombra de esas raíces que sobresalen con forma humana del negro bosque ? La desgracia
JLcN
II
Y cuando pienso que ya nada ocurrirá
desvanecidos los alegres cielos sobre mi angosto jardín de plantas lúgubres de negro mar pulido en mi ignorancia, escucho el hollar, bramido en mi corazón,
de fatídico rascacielos en el renacer de sus escombros
Verdes notas musicales cruzan su extenso y helado ruido,
el graznido salvaje de mis alas grises,
del ave sin lugar Regresaré agarrado al árbol de mis bellos días Y esperaré entre los atardeceres de sonámbulos recuerdos
inundado mi torso de luz hambrienta
Avisado en el precipicio, una voz me nombra: agáchate entre los dulces delirios,
envuelto de llamas y crueles escritos, escarbando en el veneno escondido tras la saliva del pez agonizante,
hasta el mayor de nuestros infinitos: la distancia es el hombre
la carga en imágenes, de mayúsculas terciopelo
vencidas, venciendo
germinando, sobrias, sobre empobrecidas espaldas, nuestras,
hacia la incertidumbre, ademán e insólita
sin gravedad
sin sentimientos
sin el árido dolor
y aun sin la palabra
Y hasta el útero del cetáceo en sus tormentas
Y hasta la madre...olvidando el tiempo
RECORRIDOS
No asustes al hombre No lo suficiente Pues viniendo desde los vientos te reconozco Entre puntos suspensivos Cual cosmos de lívido pensamiento ¡Y elige! La muerte entre las piedras O morir en un baile de estrellas En su naufragio de algodones Inexplicable ante la inmensidad de los augurios Una inspiración sobrecogida Si Con la furia de las camelias ¡Recuerda cubrirme de estos abismos!
Poema en línea. 21:46h. Polvo rojo, átomos en suspensión, impulsado por un viento análogo, la madre sureña, empuja, su pequeño cuerpo al abandono del útero, sin adornos, desnudo cordón umbilical desprendiéndose de mi carne. 22:23h
"Torné a lo obscuro, a larva reprimida otra vez en mi frente y un terror hizo que gozara de mi corazón en claros cantos" Humberto Díaz Casanueva
Entre los erizados oleajes
¿DÓNDE ESTOY?
Es tomar el ínfimo punto que ofrece su brillo a la primorosa casualidad
Y sin convencer
/sobre las escamas del pez maldito/
/ni sobre el martilleo de azules oleajes/
Qué bella historia cuentan tus ojos
al oscuro túnel
que mi piel transita,
mi piel adorando a la tuya
Y las cenizas intermitentes al vástago de los inicios -asoman-
Donde la noche se esconde
Entre sendas desconocidas de culpas y divinos
vagando sin descanso Y asomando, asomando en la anomalía de mi éter imaginado
¡Y cómo escapar de este cuerpo vulnerable! transformado en viento de interminable forma que difumina las presencias
que me electrocuta con su desafiante olvido
¡La crueldad exponiendo su fondo eterno y sin final! ¡Cuántas flores muertas! ¡Desparramadas!¡Esparcidas en círculos aturdidos!
Y tras este oleaje de versos "no enamorados", mi oscuro cementerio
EVANESCENCIAS
En la noche de las aguas los cobrizos y los verdes se mezclan
No hay alternativa en la fuga de esta espesa tentación
Se insinúan sus largos cortejos entre mantis y súcubo ¡Despiertan las incertidumbres en los ansiados senos!
Pero tú, mi fémina delicada, corrígeme, sobre los versos hundidos de mi impulso deseo siendo yo maquillaje de tus lascivos recuerdos chorreando sobre tus mejillas, disparando mi semen entre latigazos y tempestades
Y así entiendo yo mi propio cautiverio adorando a mis monstruos en el dichoso mar agitado como regalo de los muertos
Pero ellas dormían...
¿por qué no asoman las orquídeas entre los indicios de mi ventanal?
LOS QUE BUSCAN
dudo de las máquinas dudo de los hombres ¡dudando de mí! me procuro el terciopelo otoñado de sus hojas famélicas en aquellos vastos arrecifes de negros y cautivos ojos pulsando mi despertar
Desde el fondo, sus voces Desde el último al primer sonido. Pequeños sinónimos ¡Elige entre Dios o el diablo! sin escuchar al tiempo, transformado en una simple historia de los segundos Yo ideo tu rabioso frío alrededor de tus siluetas de baile, un halo vigoroso ante el último estambre caído desde los nudos del pensamiento Ábrete entre mi escarcha y tus finos celos Y penetra hacia las formas de las ciegas brisas, como un beso en los jardines del atardecer Tal vez no creas, mi oscura fatalidad, pero yo veo en tus ojos su transformación Se hizo estallido, nadie, nada, es erosión
GIGANTESCA
Me encontré de improviso con la noche y sus turbulencias, aquel territorio, el único donde no existen las sombras. Yo era esta sombra de penumbra locuaz, la pregunta que nace de los golpes y el hambre de la oscuridad, la habitación desnuda donde yacían las miradas entre todas las ausencias...
El día se mostró espeso con vástagos de nubes grises que parecían plomo con su lluvia fina haciendo escondite a los pájaros ¡Sobre sus calles pisé la química fatalidad!
Transito de vuelta a casa envuelto en un ambiente cargado de suburbano, sin disimulos, para poder confrontar en el interior del vagón
¡Cuántas miradas prestadas transitan y se cruzan en esta espesa atmósfera de cabezas insonoras! Los dedos trabajan como dulces bailarinas sobre la superficie de los móviles entre un guadiana de coberturas. Miro mi incesante reloj acompañado de la siniestra melodía Riddler! mientras rememoro mi poesía "¿Por qué no vuelan pájaros en la noche?" Aún me sorprendió ver al jodido chico con un imperdible clavado sobre su oreja. Hoy Dios me visitó...