obsérvame
como a un perfume
el perfume sombrío
nocturno
de la inconsciencia
reino
oniria
donde no existe pecado
y ante el servil conocimiento
el centurión se asoma
alejada la emboscada
dejad a mi hija emborracharse
sus cabellos
de sol eterno
ya se escapa la oscuridad
ante la brillante ambrosía
sin manos
físicas, o alma
acogedora
capaz de retener el volátil despertar
sea la noche sin principio, sin final
que inspira mis negros sueños
de angel invertebrado
don dumas
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