El pan y el hambre
Son rústicos plagios de vida
Furia en su vientre
Y te vi
Reinando sobre una canción triste
corriendo detrás de las gaviotas
En el sinuoso vuelo de su tempestad
de plumas negras
Exhalé sangre en tu primer beso
con tacto suicida
surcando el rojo entre tus dedos groseros
Telas durmientes en tus ojos fallidos
Lejanos paraísos de estambres
Encarnando mi apostasía
Aún te veía
Cantaba el estilizado alfil
señalado por la reina dama
con su desafinada mirada de crimen
Sonaban cántigas en tus escuálidas entrañas
de niño
Cuando solo hablan los gestos...
en sus feroces rostros
Entre las muecas del azar,
brama en su derrota la bisoña Eva
Ante los invisibles
Ante el frescor del agua fecunda
El blanco surgirá
Surgirá estremecedora y persuasiva luz
de la escondida madre
¡ante el caos del dormitorio!
Ella solo se alimenta de los sonidos
que abandonan
don dumas
mi página 143 ¡oh! mis dedos sangran ceniza
