jueves, 22 de octubre de 2020

METAMORFOSIS

Sois inmenso campo de amapolas,
me habláis, con el volátil rojo que arpea sobre mis ojos,
inmerso en mi vesánico mundo de círculos

Hay mantos de amusgada tela que tapan el canto de mi solitaria voz
Es mi pagus sin sentido
La temerosa frescura, tan apretada, ella, en una mansa rueda, viajera de mi tiempo bastardo

Me muerden celosos los paraísos de Venus, mi carne temblorosa encerrada por su cielo
Ascendentes sorbos donde escondo mi demonio entre mis alas de ángel
ante los ojos de esta dama persa difuminada en la niebla

Y no solo me observan
Me agarran sus profundas raíces del consuelo, escondidas entre una tenue luz
Invisible
Reino de los iris perfumados

¿Por qué no soy dueño de mi vida?
Expectante, yo reposo, entre el óxido de las jaulas,
para conocer el futuro de mi muerte desconcertante

Mundo de imperecederas cenizas, yelmo abrasador en mis manos huidizas
Señora oscura, paseas en todas mis noches enseñoreada de sinrazón
Lloro tus estrías, las lloro, malditos surcos hiriendo mis lunas exentas de tus días

don dumas

A Carlos Acutis

sábado, 10 de octubre de 2020

ODIOS


Los ojos duelen en la oscuridad, atrapados en los ciegos días del medioevo
Demasiado tiempo allí escondidos, apagados por la fuerza que eclipsa mi ADN
Se abría una puerta al pánico, duerme un bastardo dentro de mi vientre,
acurrucado en la tempestad, en su soberbia atmósfera,
solo brillan mis cabellos rubios ¡tan finos y olvidados! escondidos en las vasijas del odio
Los amantes cerca del río escuchan su lividez, entre pasos firmes de un fantasma
La guerra atrae a la lluvia, a sus humedales, a las gotas más bellas
Riega con ellas su negra tierra cubierta de polvo y ceniza, 
rendidas, brotarán las palabras más duras del jazmín
Yo sé por qué no vuelan las plumas de mi tiempo, ancladas en la pendiente de mi pecho, 
hojas húmedas que tapan tanta sed, 
que se transforman entre mis dedos en ardientes visiones
Ellas me agarran con la grama de un disparo, con sonidos que extrañan a tus oídos
Siempre será invierno en esos delgados dedos, que se abren como mariposas por agarrar un círculo,
la corta vida de una nota musical
Aún cantan las bellas mariposas con su voz arrasada
La dureza de mis uñas rasgando sobre la dureza de sus alas y, muy cerca, mis días suman misterios
Es difícil imaginarlos tras las sombras de tu vestido, sus vuelos ocultando tu respiración
Créeme ahora, no estabas sola, los cuervos te acompañaban dormitando en los susurros de la noche, recorriendo el látigo de la mañana
Y tal vez no me sintieras, tal vez me vieras solo como un hombre 
Miré una vez más al profundo hueco de tu vacío, extenso, radiante, y ya no existía siquiera piel, solo el sencillo sonido de una nube, volátil, divisando mi oscura maraña
Quizás fue mi última vez

don dumas



MIS CANCIONES OSCURAS

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El lánguido Perfume Hipnótico...y luego la guerra; aún pregunto a mi sombrío lago si /el fuego/ tiene cuerpo clavando esta rosa negra al mur...