me tienta,
con sus ojos cerrados
timbreo en su soga, su sinfonía
tenue movimiento, en el árbol del ahorcado
trenzo la espesura,
su delicado abrupto,
rezumando, goteos, tras el cristal del paraiso, el árnica retando al alba
un ahogo, de trágica visita, entre olores cenagosos
yo tiemblo
bajo un cielo oscurecido,
el casto ciclo en mi estómago
supuro el miedo, cual miel invisible
mis manos tejen la aridez del aire
su presencia
don dumas