La noche escrita en la noche oscura
Un maldito, rechazado hasta por los propios malditos
entre juegos del miedo
de la cuna caído, en alma estéril
Sirebilo de verbo oscuro
y de tiempo idiota de canciones dormidas
agitando la frente de mariposa maldecida
¡Oh don! en esta noche de luceros, pasean fantasmales
extraviadas luces
oscurecidas en el vendal de los montes sin nombre
una negra angustia sin freno
de pensamiento hostil
Las oscuridades divinas o asustadas
acuden como a la sangre
en la búsqueda paria de unos rayos suculentos
iluminarias de los jardines apóstatas
Solo ellos, con la pascua acicalada de su luz,
descubren la atronadora mirada del caballo
absorbiendo universos
en un cuerpo desnudo
¡un hermoso cuerpo de novia!
abandonado a las esperas y a los desprecios
el abisal paisaje del amor
enterrándose entre deseos
bajo cabellos dorados
¡Sírvete prenderte en un albatros negro!
en pétreas formas adormecidas al traslúcido viaje
Amables hechiceras te miran con tristeza
con la ansiedad de tortuosos caminos
Si se diluyeran tus pisadas
entre la nieve ceniza del paseante
o entre el polvo que arrastran invisibles amaneceres
rompe entonces la atávica rama
con la que sueña el yo cansado de mil horizontes
Seas eternamente infiel
o una pluma desbocada
don dumas
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