Poema en línea 23:03... la triste desolación no hay que tocarla, destruida, de su carne alimentándose, la aridez de sus grandes ojos, abultada distancia y desgracia de sangre, es un vuelco, vestida con alacenas de niña, y labios pintados de noche, desolación en el perpetuo aroma que cae con la gravedad del viento, que nadie ve, ni su frío se siente, hablando con la voz del firme escondite, en un yermo rincón regado por un río de ecos y dejando mudo el hambre de volver a sentir, desolación...
don dumas
Un vuelco es el salto que da mi corazón al leer tanta terrible belleza.
ResponderEliminarBeso
y siento sobre mí la desolación...como un peso de rosas muertas en busca de sus latidos, ausentes y desaparecidos.
Eliminargracias, besoss