Es ahora
cuando tus manos son lamentos
No hay lástima
Y en esta alegoría del Sonido
la negrura de un profundo pensamiento
Territorio ciego, flor que brota en la noche
De pétalos negros maldiciendo su perfume
regalado a la niebla
Mi voz como almena de los pájaros
busca el refugio
en la vaga oscuridad del silencio
Aún le acompaña el río de los sórdidos
Un caudal hambriento y abierto a la claridad
de perturbadoras sinfonías
Y enciende la curiosidad de la luciérnaga
hacia su anónimo brillo
don dumas
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