Camina, duende, camina
en tu noche extraviada
en los días que te envuelven /acabada la paz/
Se siente el paisaje perdido
Camina, duende, camina
con tu silueta al borde de las malas orillas
entre sus retorcidas cabelleras
de ideas malditas
entre los malos presagios
Y tu luz se sincera
se apaga
y me cobija
con la seducción del oscuro momento
Me inquieta tu ausencia
el absorbente olor que extraño
El arbusto a la espera
don dumas
kaisa ijäs es un plus a mi nspiracion
ResponderEliminarNo se camina solo, a pesar de la ruta señera. UN abrazo. Carlos
ResponderEliminarHola Carlos, en eso consistimos, y coexistimos
EliminarUn abrazo!
Un placer leerte, Don, tu verso es infinito
ResponderEliminarBesos
hola Luna! cambiará el poeta, sin duda, antes que el verso.
EliminarBesoss