Hace tiempo que rozo el castigo con las yemas de mis dedos.
Escrutando entre la inmóvil niebla el vestido que ahora llevas: tan blanco y
frío como cualquier invierno de esta tierra.
Y te haces visible al excelente día que siempre camina por detrás de mí, siempre. Pero me aparto de su coraje como de la peste negra.
Tengo miedo de mi anciana musa, salpicando con rezos mi nombre. Ya no soy su
hombre. Soy su cuerpo y su verdugo, asestando golpes de odio que transporta lo
invisible. Viajan hasta su dulce cuello, dibujando remolinos entre las perlas
de su angustia.
Hace tiempo que escucho un sentido crujir en las cascadas del manso río, en los secos pétalos
del Oeste. El maravilloso lago ya no espera el bullir de mis pisadas; las percibe
lejanas, evaporándose con el alma que descarna. Soy polen cribado entre las
hojas de un libro maldito. Señor de sus hojas impares. Asesino del ciervo del
averno con mis trémulos malabares. Donde descansamos del angosto lugar.
¿Por qué me persiguen las posesas luminarias, sabiendo que
ya no vivo?
¡Que ya no existo! ¡Creedme!
Yo he muerto en dos vidas, cubierto de difamadas heridas,
encubierto por mis solitarios bailes.
Tal vez, un murmullo transforme mi lejanía en eco. Adivinando el
bullicio que me arrastra. Calando profundas las goteras de la casa donde ya no
habito.
Cuántas veces morimos en vida y cuántas veces dejamos la morada sintiendo ese frío interno, ese estar sin estar.
ResponderEliminarMaravillosa prosa, don dumas, reflexiva además.
Mil besitos con cariño.
Hola Auro. Y cuantas veces intentamos apartarnos de ese frío. Como siempre, disfruto de tus aportaciones. Tu deslumbrante visión.
EliminarUn beso
Excelente este tema, tus letras son enigmáticas!
ResponderEliminarHola Carmen. Muchas gracias por visitar mis letras. Mis letras son palabras de un sencillo loco, distraído en tantos mundos...
EliminarUn abrazo
Esa forma profética que tienes de anunciar un duelo es cautivadora; escuchar crujir un río manso, el lago que ya no espera las pisadas.
ResponderEliminarMe fascina la metáfora "soy polen gribado", el polen como fuente de vida, diseminado en un libro maldito. Quizás todos estemos cribados en lugares que ni imaginamos. Maravilloso poema. Besos!
En ocasiones las páginas impares de nuestro libro maldito merecen la pena. Como ejemplo, encontrar y leer maravillosos comentarios como el tuyo.
EliminarGracias escritora!
Besos