Y he cantado a las cenizas
profecías
en fría calma
a los bosques de la noche sus oscuros versos
Las flores muertas
eran soles vencidos y heridos
serias viudas entre mareas sin rima
hechizos de ninguna reina
Y al abrir la puerta, por el harto de los tiempos,
no se distinguiría la luz de la luciérnaga
¡Llámame!
desde el fuego henchido
en la noche verde
ya seas lector o una frágil marioneta
Sí, debisteis soñarme
en la muerte de las mariposas
escondiendo vuestras palabras
Y ante está horrible brevedad
Mi heroína asustada
/tumbada/
sobre la mala tierra
escupida entre seda y bilis
Su dulzura y el fino gorrión
hilvanan
el lugar solitario de mi destrucción
Bello y vacío
que confunden mis demonios
don dumas