Con nuestras miradas imperfectas cubriéndose del salitre que oscurece infiernos
Dejaremos que baje la marea
Sus volátiles aguas azules
mostrándose en pasos de baile emergidos de la estancada negrura
Seremos el invisible canto en la oscuridad del sueño
Sus volátiles aguas azules
mostrándose en pasos de baile emergidos de la estancada negrura
Seremos el invisible canto en la oscuridad del sueño
Recordando el húmedo olor de otoño en la ciudad sin nombre
Añorando sus hojas caídas
por cada luz apagada en el atardecer de sus calles
Escondiendo miserias entre los trasluces de estridentes sirenas y sofocantes peleas
don dumas
Un poema precioso.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias Rocío
EliminarUn placer y honor tu visita
¡Abrazo!
Melancólico, sin embargo nada eclipsa tu poesía.
ResponderEliminarBesos.
indudablemente Amapola
EliminarHecho de menos el olor húmedo del otoño mojando La Mancha, y odio los ruidos de la estresante ciudad, aunque se llame Madrid.
Aún me queda la poesía, si,
Gracias poeta
Besoss
Ohh qué oscuro y maravilloso.
ResponderEliminarEsas noches que como eclipses lo esconden todo. Las calles oscuras a la luz de farolas.
Pensé en las noches porteñas, donde en la oscuridad,siempre había poesía o dolor.
Maravilloso!
Un beso!
Hola Luna,
EliminarSolo me gusta la ciudad cuando amanece, cuando los rayos chocan contra las farolas, y despierta con ella el instinto.
O poesía o dolor...cuantas veces no son lo mismo? Paradoja. Que bonito lo dijiste Luna!
Besoss
Huele a las tardes de otoño o del invierno cuando la calles se iluminan, nosotros nos vamos apagando. Me lleva a Otro tiempo, añoranzas del ayer.
ResponderEliminarPrecioso poema, don Dumas.
Mil besitos de buenas noches.
Caminaba por la ciudad pisando las hojas recien caídas, agolpandose bajo mis pisadas y aún faltaba el aroma húmedo del anunciado otoño
EliminarCuando el ruido se hace melodía nace la ciudad y sus fantasmas
Besoss Auroratris
La caida del sol puede venir acompañada de sueños, recuerdos, y también... de cadáveres. Es un poema precioso Don Dumas, hace sentir en cada línea. Besos :D
ResponderEliminarEl ocaso en la ciudad viaja en el fracaso de la mente. Se ensueña la luz de las estrellas que solapa la estrangulada luz de una farola
EliminarBesoss Margsrita
Al final suele haber una lágrima. El ocaso tiene el nacimiento de las pequeñas luces.
ResponderEliminarAdmirable tu poesía, don Dumas.
Un beso enorme.
Las pequeñas luces que retumban como eterno túnel donde el final es un despertar
EliminarPrecioso tu comentario
Besoss Mag
Y en realidad se me viene a la mente Buenos Aires, algunas calles empedradas, las farolas y un tango por alli a lo lejos destilando nostalgia y tristeza hasta que amanezca...y entonces ..renazca nuevamente la esperanza. Bello poema Don Dumas..(Yo como siempre interpretando cualquieraaaaaa jajajajajaj).. Besosssss
ResponderEliminarSonaba como un tango en la noche, agarrando un baile como manos que ansían en su tacto el roce de las flores. La nostalgia y el recuerdo amanecen con cada palabra, en cada ciudad
EliminarEs bonito interpretar. Todo asi tiene su sentido
Besoss Eli
Vadeando eclipses ciudadanos te fluyen los versos, Don. Pura inspiración...
ResponderEliminarHola Carlos. Que los eclipses no nos oculten versos o inspiración!
EliminarGracias
Abrazo!
Muy bonito, eclipsante poema. Saludos Don Dumas.
ResponderEliminarHola Sandra. Me alegra tu lectura.
EliminarSaludos!