Baudelaire |
EL GRAN VIAJE
Es la tarde que no recuerdo
Dios creando a Dios
Sin existir un principio ni un final, ausente
la forma del cuerpo
y la carne soez
presente en la mirada de los malditos
Atrás, muy atrás
el diablo
con su única palabra remueve al mundo
Pero aún
retrocedo
al universo de tierra y hielo
mezcla de dolor y extrañeza:
Rémoras de súcubo
tropiezan en la bella anomalía de la destrucción
Es una tarde que no recuerdo
tan solo el olor de sangre vacía
impregnando
los suelos del abandono
ante los espejismos de un arte sin alas
Y alabados seáis torrentes del oscuro bermejo
arrastrando siglos de árbol
Él sabe encontrarse, ofrecerse
antes de evaporarse
entre las góndolas del gran viaje
EL SIGUIENTE PASO
El poder me devora
Me señala
Me evoca
Entre la arritmia de sus dedos
/Y la inquietante mejilla/
Poder de convulsas melodías
Suenan tus canciones entre la niebla
entre las órbitas poéticas
con una ambición
desesperante
en este ahora
¿Quién me seduce con el rescate de los malos recuerdos?
¿Quién duerme a los odios expuestos sobre la gran boca?
Perdida la esencia
esos rombos...
se difuminan entre miradas abandonadas
Y el dramatismo que nos envuelve
nunca escoge
la ventana que ha de abrirse
Cuando me piensas me aturdes
Cuando existo me niegas
Te siento entre el vértigo de los suburbios
Cercanía de una oculta vereda, en su frío ancestral
¡Nada queda!
Ahora sé lo que es vuestro miedo
don dumas
Dos inmensos poemas...no sabría elegir uno que me guste más.
ResponderEliminarAmbos desgarran la palabra, la sanan, la iluminan, aunque se llene de sombras el poema.
Enorme, amigo querido.
Un beso