22 Abril 1992
No sé si
físicamente resistiré este viaje
aunque
hoy me siento pletórico de fuerzas.
Mi mente
me trasladará al lugar donde ella me espera
pero
tendré que resignarme a la esclavitud severa del cuerpo
que me
ata como a un vulgar prisionero
y deber
recorrer, para llegar, tiempo y espacio.
En mi
interior surge una energía poderosa,
inmensa
como un mar que lo ilumina todo a mí alrededor.
Quisiera
sentirme así hasta el final, sereno y decidido,
porque no
será fácil este viaje;
extraño
viaje que la muerte por destino tiene.
SIREBILO
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